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Las cápsulas audiovisuales de Marta Negre o cómo acercar el pensamiento por los sentidos.

No es este un título ni poético ni gratuito. El dedo gordo del pie derecho de Hume, mejor dicho, de la estatua que del filósofo hay en la Royal Mile de Edimburgo, frente al edificio del Tribunal Superior (formalmente el tribunal del sheriff), se ha convertido en un símbolo, también de la paradoja. O del chiste. Que el maestro del skepticism, así, pronunciado con acento escocés, haya devenido en un dogma de fe, es un hecho del hoy. Y es que el dedo es dorado, la única cosa de esa guisa en una escultura moldeada en bronce, y por tanto, de tono azul verdoso. Y a tamaño natural. Y el dedo ha tomado el color del sol porque durante años los estudiantes acuden a hacerse selfies tocándole el dedo al maestro para que les ayude en sus estudios. “La fricción es y será siempre constante: el deseo de conocimiento”, dice Marta Negre. “Quien quiera salvarse de este mundo que acepte la certeza de saberse mortal”, se escucha en el vídeo.

La artista visual, residente en Valencia como diseñadora independiente, ha presentado en Avivament sus “Cápsulas audiovisuales sobre pensamiento”. Una apuesta creativa, compuesta de videos performativos y ensayos visuales como ejercicio crítico frente al ensordecimiento de la sociedad y como gimnasia de actualización filosófica desde la narrativa contemporánea. “Estamos obcecados en ideas y pensamientos y no escuchamos al que tenemos al lado”, dice. “Quizá habría que volver a colocar las ideas en su sitio, algunas antiguas, pero olvidadas, y que sin embargo tienen su sentido en este tiempo”, argumenta. Por ejemplo, ¿qué hacemos con todo aquello que existe pero no somos capaces de percibir. “Quien quiera salvarse de este mundo que acepte la certeza de saberse inmortal”. Atiendan la diferencia.

La idea de base del trabajo de Marta Negre: “usar los lenguajes contemporáneos como un reto y una oportunidad para abrirse al público, generar cierta inquietud e interés por el pensamiento como algo inherente a la vida. No tenemos que dar la vida por sabida”, señala. Y cuando habla de lenguajes habla del cómic, la novela gráfica, el audiovisual o las series de televisión.

La suya, según explica, es la “condición de intrusa” a la filosofía, en tanto que su trabajo procede de un master universitario de producción artística, pensamiento contemporáneo y cultural visual. 

A Marta Negre le interesa la reflexión y la naturaleza humana y le inquieta el mundo digital y la deriva como sociedad. “Consumimos mucho y de todo, pero sentimos un gran vacío y una descodificación que también se da”. De ahí que las cápsulas vengan, primero de la curiosidad, ese patrimonio del gato, y de varias preguntas. ¿Qué lugar ocupan las humanidades en nuestro imaginario colectivo? “Seguro que si sales a la calle y preguntas por treinta nombres de futbolistas o de cantantes harías la lista completa. Otra cosa sería si preguntáramos sobre pensadores”, señala. Y es que, en su opinión, las Humanidades están en “segundo plano” y va “por delante la Economía”.

Los trabajos audiovisuales de Marta Negre son cuatro. En “Los referentes” colabora con estudiantes de Bellas Artes a los que les solicita lecturas de cabecera. “Con la heterogeneidad de pensamiento y la cantidad de autores y puntos de vista y siempre repetimos los mismos”, señala indicando, por ejemplo, al Bauman “que tenemos hasta en la sopa líquida” o al Benjamin y su reproductibilidad, o a Spinoza. Se trata de un experimento. Blablabla silencio, ruido hasta el extremo y grito. “Es un homenaje a los pensadores que también critica los recetarios bibliográficos de los estudios superiores, donde se estudian unos y otros no. Llama la atención ver que nadie escogió una autora como lectura de cabecera”, explica Negre.

El segundo video es Dik’ Jon. Un reto para un actor. Tuvo que aprender en media hora treinta nombres de autores que han marcado la bases de nuestro pensamiento desde la modernidad hasta nuestros días. Como fue imposible, acabó haciendo un ejercicio de dicción sin desperdicio para la sonrisa. Finaliza en Byung Chul-Han, por cierto. 

El cuarto vídeo es L’intruse parfaite. De Valldemossa a Nohant en homenaje a una mujer que tuvo que cambiar su identidad para hacer posible su ejercicio. Se trata de George Sand, “de la que me interesa no tanto su parte escrita como su actitud creativa ante la vida”. Madre, escritura y refugio junto a Chopin, por cierto.

Y el tercer vídeo, Finger and Swan. A short story about David Hume. Orfebrería del bronce que durante milenios se utilizó como aleación básica para la fabricación de armas y utensilios. El dedo de Hume, pues, como chiste y como reflexión, como gancho y como devoción. Brillante, si más no. En Avivament. Festival de Filosofia de València. | VP-2018-04

maria tomás garcía