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Juan Antonio Negrete Alcudia (Madrid, 1969) se licenció en Filología Clásica. Desde hace años viene trabajando en una propuesta filosófica propia, inspirada sobre todo en su lectura de Platón, y a la que llama provisionalmente racionalismo dialéctico-analógico. Es autor de Diálogos de filosofía (2011), Diálogos de educación (2013) y De la filosofía como dialéctica y analogía (2015), y coautor de La filosofía de Platón, libro multitáctil dirigido a estudiantes de bachillerato. También codirige los guiones del programa radiofónico Diálogos en la caverna, de Radio 5, RNE. Mantiene tres blogs filosóficos y la red de blogs www.cavernisofia.blogspot.com , para alumnos.

Heráclito. Un comentario filosófico
Juan Antonio Negrete
Ápeiron Ediciones, 2018.

En las densas sentencias de Heráclito, de las que aquí se propone una ordenación y se hace un comentario sistemático (que no exhaustivo), encontramos expresada, de manera tan clarividente como por eso mismo oscura, la más radical concepción de la realidad como razón (lógos). No se trata, pues, de una «mera» ontología, ni de una física, sino de una logología. Pero si Heráclito fue seguramente quien, para griegos y occidentales, puso nombre a la razón, también fue quien la pensó ya en su esencial complejidad, esto es, no solo como principio de la unidad de todo sino a la vez como fundamento de toda diferencia. Hoy que el ejercicio deconstructivo parece haber llevado a sus últimas consecuencias la crítica de la razón (en el doble sentido de ese «de»), resulta conveniente volver a leer a aquel extraño «presocrático» que insistió en que tanto lo uno sin lo otro como lo otro sin lo uno son pensamientos incompletos. Pero también el pensamiento de Heráclito está sujeto a la aporía: si todo es un eterno círculo de identidad y diferencia, ¿hay lugar para una historia y un sentido de nuestra existencia, que parece requerir un fin final donde el sufrimiento de las cosas quede redimido? ¿Escapa esta «dura musa» —como la llamó Platón— del mayor nihilismo, de la mayor melancolía, precisamente intentando evitar los dos nihilismos unilaterales, el de la eterna nostalgia del ideal, por un lado, y el de la locura del puro devenir, por otro?